27.1.08

237 razones para el sexo, 45 para leer

Miguel Angel de Rus, con su ironía característica, disecciona la realidad social y cultural de nuestro tiempo; nos descubre que si bien hay 237 razones para el sexo, sólo hay unas 45 para leer; el desasosiego de los escritores españoles que pasan de ser jóvenes promesas a olvidados; las razones de Fernando Sánchez Dragó para llamarnos guarros; la pasión de los escritores por las mujeres artificiales y las drogas; las distintas facetas de la mujer, desde la chica progre a la bruja, pasando por las elucubraciones eróticas de Vargas Llosa, Gómez Rufo y otros escritores; cuenta la intimidad de Francisco Umbral y se burla de la libertad de expresión; critica la desvergüenza del canon digital; resume las críticas a la desinformación actual de Michael Moore y de Schiffrin; defiende la clonación en la literatura y nos recuerda que en el 2.050 el hombre se habrá convertido en un Ser Urbano.
Afirma José Cavero sobre Miguel Angel de Rus que "tiene algo de profeta airado, enfadadísimo, de profeta lanzallamas, desgreñado, este elegantísimo dandy". Y es cierto; que nadie busque en este libro ponderación, mesura, corrección. Aquí hemos venido a hacer sangre.
Este libro fue presentado por el escritor argentino Horacio Vázquez Rial

16 comentarios:

Anónimo dijo...

He descubierto que hay una razón más para el sexo, y es que mi mujer no me deje por otro. ¡Santo Dios!

Anónimo dijo...

De Rus, si yo fuera mujer serías el hombre de mi vida.

Anónimo dijo...

Soy la pantera. Este de momento no te lo pido, o vendría rugiendo

Anónimo dijo...

A mí la foto que me gusta de este hombre es la del enlace que pego, con Luis Mateo Díez. Qué macho.

http://photos1.blogger.com/photoInclude/blogger/1954/2269/1600/LUIS_mateo_diez_y_miguel_angel_de_rus.jpg

Anónimo dijo...

Qué pasa... no se ve la foto... menudo timo. ¿Cómo se puede pegar un enlace en un texto'? ¿Alguien lo sabe?

Anónimo dijo...

Qué bueno... he engañado al blogger de las narices pegando la dirección de la foto en el nombre y ahora al clicar sobre mi nombre sale la foto.
¡¡¡¡Lo logré.... a mí no me puede blogger!!!!!!

Anónimo dijo...

Alguien es capaz de traducirme a charo.ja.ja.ja.Gracias

Anónimo dijo...

He escondido el coche, para que nadie pudiera saber que estaba en casa. He desconectado los teléfonos, para que no me interrumpieran.Me he puesto el picardía,el nuevo,ni te lo pierdas,que bonito es, me lo compré en lo de los chinos.Sólo`para esta vez y nada más. He bajado las cortinas, para que nadie me pillara in fraganti revolviéndome como una poseída. He acomodado el sofá, para no moverme de él durante las horas que durara el ritual.
Por el título,y por lo de la crisis hormonal, mi cuerpo se agitaba ante la visión de un de Rus seductor explicándome al oído 238 razones para el sexo, y olvidando las -4-5=-0´-1 para leer mientras me deleitaba hasta el éxtasis. Bueno, he cogido la mantita de lana para taparme,me ha cogido un frío cuando he visto en negrita lo de la Universidad de Texas,y ni te digo lo de los calcetines blancos,he empezado a estornudar, uy, creo que me he resfríado. Y todavía con la respiración agitada,temblando bajo las exiguas y transparentes prendas, me he dejado seducir por el plan urbanístico mientras me zampaba el bote de nata. Jo,casi lo tiro cuando lo de los juguetes,que asco!, pero todavía quedaba un poco, y..., eso,bueno, en la vida no van a ser todo datos. Anda, que me he quedado de piedra con la cantidad de habitantes por Km. cuadrado que hay en Madrid, y ni te digo con otras ciudades.También he detestado la arquitectua feísta,mira que en ocasiones son bárbaros, y luego me he visto viviendo en una colmena, sin poder agitar las alas. Me he quedado con algunas definiciones que voy a adoptar frente a cualquier desinteresado para que aprenda algo,como la de que es una nación, me ha dado la risa, y en fin, que la fiesta y la nata han rulado y el libro me ha gustado, y colorín colorado, este cuento, se ha terminado.(Sobre todo,no me falles¿eh?, y este comentario que quede entre tu y yo, lo borras,mira, yo ni digo como me llamo, y es que me da miedo que si lo ve no aquel hombre que se sulfura, no se,(no me vaya a decir una grosería feísta).Ale,no te sepa mal borrarlo, que eso ha sido en confianza.

Anónimo dijo...

¡Otra vez me has engañado, guapo!, y pensar que eres hombre de mi vida...

Anónimo dijo...

Dices que los escritores buenos no venden,no te apures,si te sirve de consuelo, algunos escritores buenos ni siquiera publicamos,probablemente lo hiciéramos si nos suicidáramos de un modo extravagante y cínico,y mientras, alguna gente no lee,no, otra engulle, y como más gordo sea el tocho,más dinero les haya costado, más les aburra, y más les cueste entender, porque no hay Dios que lo entienda, más listos se creen.Y las estanterías de algunos espacios dedicados a la lectura no merecen la pena ser visitados, ni siquiera tienen tacto , ni olor. Es deprimente, ponme algo a mi para que no me apure.Anda.

Anónimo dijo...

¿Quieres creer que me ha costado encontrar tu libro en Málaga? A ver si espabila el distribuidor.
En todo caso, ha merecido la pena. Es una joyita. A 99 de cada 100 columnistas de prensa les pasas por la izquierda tan deprisa que ni se enteran.
Un abrazote.
Pepe

Anónimo dijo...

Hacer un estudio frío y desapasionado de la realidad que nos rodea es muy complejo. No caer en ideas prefijadas, en ideologías, en bamderías, y ser fiel a la verdad, es dificilísimo. Ahora que sólo quedan intelectuales de partido, es extraño encontrar un libro como 237 razones para el sexo, 45 para leer, que destripa la realidad de la época y la convierte en literatura. Exceletne, nutritivo, gratificante.

Anónimo dijo...

Uno de los libros (firmados) que me traje de la fiesta de Elche y que por fin, meses después, he terminado. Poco a poco.
237 razones para el sexo, 45 para leer, contiene 22 artículos muy propios de Miguel Ángel de Rus aparecidos en diversos medios de comunicación. Irónicos, reales, directos, en los que analiza la realidad social y cultural de este país antes llamado España. 22 artículos que forman un libro fino pero intenso y que, con permiso de Miguel Ángel, voy a nombrar uno por uno para que quien lea esto se haga una idea clara.
-237 razones para el sexo, unas 45 para leer.
-Soledas, sexo y cáncer de cuello de útero.
-Yo también era una joven promesa (carta a Rafael Reig).
-Los sucios de Sánchez Dragó.
-Mujeres artificiales, musas del creador.
-La chica progre.
-Clonación literaria.
-Brujas en la hoguera.
-Tres diccionarios irreverentes.
-2.050, el año en que l hombre se convirtió en un ser urbano.
-Escritores jóvenes, preparados y deseando ocupar su lugar.
-Escritores y drogas, una pasión a largo plazo.
-Las apuestas eróticas y literarias de Vargas LLosa, Antonio Gómez Rufo y otros connaisseur.
-Francisco Umbral, ahora que queda solo su obra.
-Escritores y editoriales en las barricadas de papel.
-¿Libertad de expresión? ¿Qué libertad de expresión?
-Los libros toman la calle en primavera.
-La desvergüenza del canon.
-Nieva, Lourdes Ortiz y Alonso de santos, novedades a la vanguardia del teatro.
-Michael Moore denuncia a George Bush.
-Schiffrin y la uniformidad.
-Dumas y su, por ahora, última novela.
Que nadie busque en este libro ponderación, mesusa o correccíon. Se ha escrito para hacer sangre.

Anónimo dijo...

no encuentro el libro ¿Dónde lo venden?

Anónimo dijo...

No le había prestado mucha atención a uno de los estudios favoritos de la prensa, el de las 237 razones para mantener relaciones sexuales, pero hoy me he dado cuenta de que uno de sus autores es un de mis psicólogos evolucionistas preferidos, David Buss, y eso me ha llevado a entretenerme un ratito con él (con el estudio). Como casi todo lo que publica este autor, el texto está disponible gratis en su página web.

La investigación tuvo dos fases. Primero, a un grupo amplio de estudiantes universitarios se les pidió que listasen todas las razones para practicar el acto sexual que se les ocurrieran. El listado obtenido se le pasó a otra muestra de estudiantes, varones y mujeres, para que marcasen en qué medida cada una de esas razones era válida para ellos (del 1 al 5, creo). Así, por ejemplo, se pueden comparar las medias de varones y mujeres para cada uno de los ítems.

Uno de los resultados más interesantes es que, aunque varones y mujeres tiendan a apuntar como más relevantes las mismas razones, en realidad, hay diferencias entre unos y otros. Por lo pronto, los varones tienden a asignar mayor validez que las mujeres a una mayoría de los ítems, es decir, tienen medias más altas para una mayoría de las razones. Las características de esas razones también son interesantes. Los varones tienden a fijarse más en razones vinculadas a la apariencia física y a la deseabilidad del posible "partner" sexual. También se fijan más en las razones ligadas a la búsqueda de experiencias y a la mera oportunidad (el famoso "aquí te pillo, aquí te mato"). Las mujeres presentan medias más altas para varias motivaciones emocionales (del tipo "quería expresar mi amor", "me di cuenta de que estaba enamorada").

Los autores aportan sus interpretaciones a esas diferencias, sobre todo desde el punto de vista de hipótesis formuladas a partir de la psicología evolucionista, pero también sociológicas (roles aprendidos).

Por último, y muy importante, hay que detenerse en las limitaciones del estudio: está hecho sólo a estudiantes (relativamente jóvenes, con una media de 19 años) y en una universidad americana, por lo que, aunque abre vías interesantes de investigación, no sabemos si los hallazgos son válidos para otras edades y, en particular, otras culturas. Otra limitación interesante es que el estudio se refiere a motivaciones expresas, es decir, elaboradas conscientemente. Se preguntan los autores si no habrá otras motivaciones de las que no somos conscientes. Puestos a elegir, yo habría preferido un estudio en el que los sujetos expresasen espontáneamente las razones, sin elegirlas de una lista, pero esto es ya cuestión de gustos de investigador, de los que, seguramente, hay tantos como 237.

Anónimo dijo...

El libro promete, pero en El Cortes Inglés me insisten en que está agotado. ¿Es verdad?