Para evitar el fallo, se ha rodeado de una buena ‘cuadrilla', ya que colaboran, además del propio Oeste, Rodrigo Fresán, Juan Bonilla, Pablo Aranda, Javier Calvo y Miguel Ángel de Rus.
Esta probeta de letras, aparte de experimentar con dos lenguajes como el cine y la literatura, busca aprovechar las temáticas futuristas y fantásticas para poner sobre el tapete problemáticas reales. "Las películas de ciencia ficción la mayoría de las veces son más metafóricas que las realistas. Es decir, esconden otros mensajes y nosotros los sacamos a la luz", explica el creador de la idea, Miguel Ángel Oeste.
En este sentido, el malagueño Pablo Aranda ataca de frente el tema de la inmigración a partir de una escena de Hijos de los hombres, de Alfonso Cuarón. "Me interesó mucho el tratamiento que esta película le daba a los refugiados, a los que se quedan fuera, ya que demuestra cómo el ser inmigrante puede suponer el no existir. Yo lo que he intentado es recrear lo que le ocurriría a Luci, la mujer que dicen es la persona más joven del planeta. Para unos es la mujer más envidiada, pero para ella su juventud supone una condena".
Contra la industria culturalOtra mirada crítica es la de Miguel Ángel de Rus y su visión de Fahrenheit 451. Este film de François Truffaut es ya de por sí una denuncia lacerante del asesinato de la cultura, pero De Rus ha intentado ir más allá al dar vida a un ladrón de libros que "intenta salvar de entre toda la mierda que se publica al año, lo que de verdad vale la pena", explica el escritor y editor. Por su parte, Miguel Ángel Oeste ahonda en el mito de E.T para "desmitificarlo del todo". "Spielberg es un manipulador emocional, y yo he recreado lo que les ocurriría a los dos niños si de verdad se encontraran con un extraterrestre. Es un relato muy oscuro", añade.
El experimento, según Oeste, "tampoco pretende ser un híbrido de literatura y cine, puesto que tiene personalidad propia. Es más, busca renovar el género de los libros de cine y llegar a todos los públicos, y no sólo a los profesionales del sector como ocurre actualmente". Para Miguel Ángel de Rus, "este puede ser también un proyecto para llegar a aquellos que tienen menos de 30 años y que no salen del iPod y los videojuegos."