2.4.06

Malditos

Malditos es uno de los libros más destacados de Ediciones Irreverentes. Fue presentado por el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca. En “Malditos” el lector encuentra dos partes. En la primera se hace un homenaje a escritores malditos franceses como Villiers de l’Isle Adam, Barbey d’Aurevilly, Boris Vian o Houellebecq. En la segunda parte, hay una crítica satírica de algunos personajes y enfermedades de nuestra sociedad actual, como los plagiadores, el nacionalismo o el pseudoarte oficial.
La primera parte, dedicada a la literatura maldita francesa del siglo XIX, "es un homenaje, en pinceladas" a autores como Barbey d'Aurévilly o Auguste Villiers "que han influido en la literatura española", afirma el autor. "Es una declaración de amor", explica De Rus, complementada con una segunda parte, en la que el escritor reflexiona "sobre la gente que tanto me molesta" -como "políticos nacionalistas, inventores de patrias o corruptos"-, o sobre aquella sociedad interesada más en la apariencia que en la realidad. Satiriza también sobre "las farsas del arte moderno, especialmente ante la degeneración del Museo de Arte Moderno de Nueva York". Miguel Angel de Rus, afirma que "no retrato a una persona en concreto, no hay nombres, sino que retrato una multitud. Pretendo retomar el espíritu crítico, no tanto reflejar personajes determinados".
Por su parte, el secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, destacó el papel del escritor en la "denuncia de los falsos valores" a través de unos personajes "modelos reales deformados" que satiriza en unos cuentos, con una retórica y una estética narrativa "muy personal". De Cuenca afirmó que Miguel Angel de Rus, hace una obra "muy ligada a los clásicos, centrada en una sátira que debería recuperarse" que ha desarrollado en una trayectoria profesional "marcada por la originalidad".
En Malditos, Miguel Angel de Rus pretende unir la literatura clásica, y principalmente las influencias que ha recibido de la literatura francesa de finales del XIX, con las nuevas formas expresivas que habitualmente muestra en sus libros. logra un ambiente decadente y fin de siecle en los relatos dedicados a los autores malditos (Villiers, Barbey) y vuelve a mostrar su vena más combativa en los relatos dedicados a los actuales "malditos", menos gratos para el autor. De Rus considera que uno de los valores más importantes de este libro es haber sido apreciado (incluso paladeado) por un dandy de la literatura actgual, y hombre de especial paladar literario, Luis Alberto de Cuenca, quien a pesar de su c argo público, se encargó por segunda vez de presentar uno de los libro de De Rus. Esperar grandes ventas de este libro hubiera sido de una inocencia candorosa y entrañable.Quizá dentro de dos o tres décadas comience a interesarle a alguien.
En “Malditos”, Miguel Angel de Rus alterna los relatos que sirven de homenaje a algunos de los grandes escritores malditos franceses, como Villiers, Barbey d'Aurévilly, Boris Vian o Huellebecq, con la sátira de personajes y situaciones que son nuestro actual infierno: políticos nacionalistas o corruptos, la sociedad i n t e r e s a d a más en las apariencias que en la realidad, el pseudo-arte oficial hecho según los deseos del MOMA y otros centros de perversión del gusto, o aquellos que ven en los Estados Unidos el moderno Paraíso y, como pájaros bobos, emigran para conocer allí el sabor del fracaso.
Miguel Angel de Rus es un autor de sangre caliente y jamás demuestra ante sus personajes una objetividad a la moda; los saca a escena en la plenitud de su ignominia, los destroza, o los presenta en toda su g r a n d e z a . “Malditos” hará reír al lector en cada una de las sátiras y le acercará facetas desconocida de algunos
de los más grandes escritores de todos los tiempos.

7 comentarios:

Literatura dijo...

Noticias Irreverentes dijo...
Para quien pudiera tener algún problema a la hora de comprar Dinero, mentiras y realismo sucio, en alguna parte de España: puede comprarlo desde la web http://www.edicionesirreverentes.com o por correo electrónico, a editor@edicionesirreverentes.com

Anónimo dijo...

Yo, quiero comprar malditos, y Bäsle,ya te lo digo muchas veces en su entrada ¿te hace falta mi correo?, empieza por r, ¿no me la envías porque es semana santa?.
Vendré a buscarla personalmente.

Anónimo dijo...

Jo, que pesada esta, la anónima anterior. Yo,si fuera tu, se la llevaría a pie,aunque viviera al otro lado del océano, a ver si se calla de una vez, pero no se.Esta no se calla ni debajo el agua.Dile algo bueno. Tampoco cuesta tanto, hombre, no seas así.Seguro que es muy buena, pero es tozuda.

Rosa Mª Prat dijo...

Hola de Rus. Estoy leyendo Malditos, a cachitos, bueno, a cachitos grandes. Estoy impresionada, sorprendida. Te voy a llenar el blog, te lo digo.
Creo, que en Malditos, vive apasionadamente tu persona más sentida, más dulce y más sincera, (y gracioso eres cuando quieres).Te adoro, y no me preguntes porque.
Anoche salté de tu espléndida conversación con Boris Vian a Gitanos en Nueva York, que jodido eres!, me llevaste hasta donde yo supe desde el primer momento que serías capaz de llevarme: al estremecimiento total, Manuel, Manuel, Manuel.
Un saludo

Anónimo dijo...

de niña creo que me enamoré de un profesor, de muy niña, todavía me acuerdo de el, ni siquiera era guapo, pero a mi me gustaba tanto. Y le quería más.No podía dejar de mirarle, de escucharle, sobre todo, me gustaba hacerlo cuando hablaba del lugar en el que había nacido,un lugar en el cual decía que cuando abría la ventana, su mirada, le permitía llegar hasta un inalcanzable horizonte, su tono de voz y su mirada al hacerlo me estremecían, aunque a veces también me portaba mal en la clase, era una charlatana. No podía evitarlo, y el me regañaba, pero sólo un poco, nos daba historia,y lengua y yo siempre suspendía, hasta que un día se enfadó de verdad, y muchísimo, delante de toda la clase. No te puedes ni imaginar lo que llegué a llorar, ni siquiera quería seguir viviendo, y es que yo le veía que estaba tan enfadado conmigo, y yo, que le quería tanto.Creo, que con el tuve mis primeros deseos de amor. Fíjate,que al recordarlo todavía siento aquella excitación, que entonces yo creía que era algo raro que sólo me ocurría a mí. Incluso sentía verguenza de mi misma, porque no podía esconder mis sensaciones. Me puse a estudiar sus materias y le hice un examen un día que me escribió una nota en la que me decía que en su vida volvería a corregir un examen semejante, que aquello sobrepasaba sus aspiraciones. Llegan mis hijos del colegio,creo, que yo más o menos tenía su edad cuando me ocurría eso. Ojalá también les ocurra a ellos, a mi, a pesar de que ya hace mucho que dejé atrás la infancia(creo), y otras etapas posteriores. me vuelve a ocurrir.

Anónimo dijo...

EL MEJOR ESCRITOR DEL MUNDO

Unknown dijo...

MALDITOS es uno de los mejores libros que he leído últimamente. Se inicia con el relato “Carta tan apócrifa como posible de Auguste Villiers de l´Isle-Adam”. En este relato, Miguel ángel de Rus logra meterse hasta tal punto dentro de la piel del genial escritor francés, que tuve que buscar la portada del libro para convencerme de que no había escrito él, Auguste Villiers, lo que yo estaba leyendo, sino que lo había escrito Miguel Ángel de Rus.
A continuación, en todos los demás relatos que completan el libro, reconocí inmediata-mente el estilo moderno, ágil, preciso y culto de Miguel Ángel de Rus. Son diez los relatos, y en ellos Miguel Ángel de Rus dibuja de manera fiel, descarnada y dolorosa, esta sociedad nuestra narcotizada, materialista y consumista cuyos principales valores son trepar por las escaleras del poder y del dinero para encumbrarse y enriquecerse a cualquier precio, dejando en su ascensión numerosos cadáveres de pobres seres humanos eliminados con la infalible guillotina de su crueldad, carencia de escrúpulos y de senti-mientos.
Para mí, Miguel Ángel de Rus es un extraordinario predicador cuya principal frustración es saber que predica a un mundo habitado por sordos, por inmunes a la verdad,
por mansos sometidos y por despiadados dominadores. Un predicador corajudo y suici-da como suelen serlo los santos, los mártires y, en su caso, los irreverentes.
NEGATIVO: Algunos errores en la impresión del libro que hacen daño a la vista cuando se lee con el máximo interés y fascinación.